DIVÁN DEL TAMARIT
song cycle for voice and marimba | 75'ca. (2008) download | purchaseCommissioned: by the Duo Borealis
* there is a version for cantaor/a and orchestra [3333-4331-timp+4perc-hp-cel-strings] (2018) download | purchase
** there is a version of this piece adapted to the stage (opera/zarzuela). Find the libretto el Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) download
Collection of poems, under the name of "casidas" and "gazelles", in homage to the Arab poets of Granada.
poems by Federico García Lorca (1934)
1. Gacela I: Del amor imprevisto. (Unforeseen Love)2. Gacela II: De la terrible presencia. (The Terrible Presence)3. Gacela III: Del amor desesperado. (Desperate Love)4. Gacela IV: Del amor que no se deja ver. (The Love that Hides from View)5. Gacela V: Del niño muerto. (The Dead Child)6. Gacela VI: De la raíz amarga. (The Bitter Root)7. Gacela VII: Del recuerdo de amor. (Dark Death)8. Gacela VIII: De la muerte oscura. (Marvellous Love)9. Gacela IX: Del amor maravilloso. (The Memory of Love)10. Gacela X: De la huida. (The Escape)11. Gacela XI: Del amor con cien años. (Hundred Years of Love)12. Gacela XII: Del mercado matutino. (The Morning Market)
1. Casida I: Del herido por el agua. (The Child Wounded by Water)2. Casida II: Del llanto. (The Weeping)3. Casida III: De los ramos. (The Branches)4. Casida IV: De la mujer tendida. (The Reclining Woman)5. Casida V: Del sueño al aire libre. (The Open-Air Dream)6. Casida VI: De la mano imposible. (The Impossible Hand)7. Casida VII: De la rosa. (The Rose)8. Casida VIII: De la muchacha dorada. (The Golden Girl)9. Casida IX: De las palomas oscuras. (The Dark Doves)
poems by Federico García Lorca (1934)
1. Gacela I: Del amor imprevisto. (Unforeseen Love)2. Gacela II: De la terrible presencia. (The Terrible Presence)3. Gacela III: Del amor desesperado. (Desperate Love)4. Gacela IV: Del amor que no se deja ver. (The Love that Hides from View)5. Gacela V: Del niño muerto. (The Dead Child)6. Gacela VI: De la raíz amarga. (The Bitter Root)7. Gacela VII: Del recuerdo de amor. (Dark Death)8. Gacela VIII: De la muerte oscura. (Marvellous Love)9. Gacela IX: Del amor maravilloso. (The Memory of Love)10. Gacela X: De la huida. (The Escape)11. Gacela XI: Del amor con cien años. (Hundred Years of Love)12. Gacela XII: Del mercado matutino. (The Morning Market)
1. Casida I: Del herido por el agua. (The Child Wounded by Water)2. Casida II: Del llanto. (The Weeping)3. Casida III: De los ramos. (The Branches)4. Casida IV: De la mujer tendida. (The Reclining Woman)5. Casida V: Del sueño al aire libre. (The Open-Air Dream)6. Casida VI: De la mano imposible. (The Impossible Hand)7. Casida VII: De la rosa. (The Rose)8. Casida VIII: De la muchacha dorada. (The Golden Girl)9. Casida IX: De las palomas oscuras. (The Dark Doves)
POEMAS
1-Gacela del amor imprevisto
Nadie comprendía el perfumede la oscura magnolia de tu vientre.Nadie sabía que martirizabasun colibrí de amor entre los dientes.Mil caballitos persas se dormíanen la plaza con luna de tu frente,mientras que yo enlazaba cuatro nochestu cintura, enemiga de la nieve.Entre yeso y jazmines, tu miradaera un pálido ramo de simientes.Yo busqué, para darte, por mi pecholas letras de marfil que dicen siempre,siempre, siempre: jardín de mi agonía,tu cuerpo fugitivo para siempre,la sangre de tus venas en mi boca,tu boca ya sin luz para mi muerte.
2-Gacela de la terrible presencia
Yo quiero que el agua se quede sin cauce,yo quiero que el viento se quede sin valles.Quiero que la noche se quede sin ojosy mi corazón sin flor del oro;que los bueyes hablen con las grandes hojasy que la lombriz se muera de sombra;que brillen los dientes de la calaveray los amarillos inunden la seda.Puedo ver el duelo de la noche heridaluchando enroscada con el mediodía.Resiste un ocaso de verde venenoy los arcos rotos donde sufre el tiempo.Pero no ilumines tu limpio desnudocomo un negro cactus abierto en los juncos.Déjame en un ansia de oscuros planetas,pero no me enseñes tu cintura fresca.
3-Gacela del amor desesperado
La noche no quiere venirpara que tú no vengas,ni yo pueda ir.Pero yo iré,aunque un sol de alacranes me coma la sien.Pero tú vendráscon la lengua quemada por la lluvia de sal.El día no quiere venirpara que tú no vengas,ni yo pueda ir.Pero yo iréentregando a los sapos mi mordido clavel.Pero tú vendráspor las turbias cloacas de la oscuridad.Ni la noche ni el día quieren venirpara que por ti mueray tú mueras por mí.
4- Gacela del amor que no se deja ver
Solamente por oírla campana de la Velate puse una corona de verbena.Granada era una lunaahogada entre las yedras.Solamente por oírla campana de la Veladesgarré mi jardín de Cartagena.Granada era una corzarosa por las veletas.Solamente por oírla campana de la Velame abrasaba en tu cuerposin saber de quién era.
5-Gacela del niño muerto
Todas las tardes en Granada,todas las tardes se muere un niño.Todas las tardes el agua se sientaa conversar con sus amigos.Los muertos llevan alas de musgo.El viento nublado y el viento limpioson dos faisanes que vuelan por las torresy el día es un muchacho herido.No quedaba en el aire ni una brizna de alondracuando yo te encontré por las grutas del vinoNo quedaba en la tierra ni una miga de nubecuando te ahogabas por el río.Un gigante de agua cayó sobre los montesy el valle fue rodando con perros y con lirios.Tu cuerpo, con la sombra violeta de mis manos,era, muerto en la orilla, un arcángel de frío.
6-Gacela de la raiz amarga
Hay una raíz amargay un mundo de mil terrazas.Ni la mano más pequeñaquiebra la puerta del agua.¿Dónde vas, adónde, dónde?Hay un cielo de mil ventanas-batalla de abejas lívidasy hay una raíz amarga.Amarga.Duele en la planta del pieel interior de la cara,y duele en el tronco frescode noche recién cortada.¡Amor, enemigo mío,muerde tu raíz amarga!
7-Gacela del recuerdo del amor
No te lleves tu recuerdo.Déjalo solo en mi pecho,temblor de blanco cerezoen el martirio de enero.Me separa de los muertosun muro de malos sueños.Doy pena de lirio frescopara un corazón de yeso.Toda la noche en el huertomis ojos, como dos perros.Toda la noche, comiendolos membrillos de veneno.Algunas veces el vientoes un tulipán de miedo,es un tulipán enfermo,la madrugada de invierno.Un muro de malos sueñosme separa de los muertos.La niebla cubre en silencioel valle gris de tu cuerpo.Por el arco del encuentrola cicuta está creciendo.Pero deja tu recuerdodéjalo sólo en mi pecho.
8-Gacela de la muerte oscura
Quiero dormir el sueño de las manzanasalejarme del tumulto de los cementerios.Quiero dormir el sueño de aquel niñoque quería cortarse el corazón en alta mar.No quiero que me repitan que los muertos no pierden la sangre;que la boca podrida sigue pidiendo agua.No quiero enterarme de los martirios que da la hierba,ni de la luna con boca de serpienteque trabaja antes del amanecer.Quiero dormir un rato,un rato, un minuto, un siglo;pero que todos sepan que no he muerto;que haya un establo de oro en mis labios;que soy un pequeño amigo del viento Oeste;que soy la sombra inmensa de mis lágrimas.Cúbreme por la aurora con un velo,porque me arrojará puñados de hormigas,y moja con agua dura mis zapatospara que resbale la pinza de su alacrán.Porque quiero dormir el sueño de las manzanaspara aprender un llanto que me limpie de tierra;porque quiero vivir con aquel niño oscuroque quería cortarse el corazón en alta mar.
9-Gacela del amor maravilloso
Con todo el yesode los malos campos,eras junco de amor, jazmín mojado.Con sur y llamasde los malos cielos,eres rumor de nieve por mi pecho.Cielos y camposanudaban cadenas en mis manos.Campos y cielosazotaban las llagas de mi cuerpo.
10-Gacela de la huida
A mi amigo Miguel Pérez Ferrero
Me he perdido muchas veces por el marcon el oído lleno de flores recién cortadas,con la lengua llena de amor y de agonía.Muchas veces me he perdido por el mar,como me pierdo en el corazón de algunos niños.No hay noche que, al dar un beso,no sienta la sonrisa de las gentes sin rostro,ni hay nadie que, al tocar un recién nacido,olvide las inmóviles calaveras de caballo.Porque las rosas buscan en la frenteun duro paisaje de huesoy las manos del hombre no tienen más sentidoque imitar a las raíces bajo tierra.Como me pierdo en el corazón de algunos niños,me he perdido muchas veces por el mar.Ignorante del agua voy buscandouna muerte de luz que me consuma.
11-Gacela del amor con cien años
Suben por la callelos cuatro galanes,ay, ay, ay, ay.Por la calle abajovan los tres galanes,ay, ay, ay.Se ciñen el talleesos dos galanes,ay, ay.¡Cómo vuelve el rostroun galán y el aire!Ay.Por los arrayanesse pasea nadie.
12-Gacela del mercado matutino
Por el arco de Elviraquiero verte pasar,para saber tu nombrey ponerme a llorar.¿Qué luna gris de las nuevete desangró la mejilla?¿Quién recoge tu semillade llamaradas en la nieve?¿Qué alfiler de cactus breveasesina tu cristal?Por el arco de Elviravoy a verte pasar,para beber tus ojosy ponerme a llorar.¡Qué voz para mi castigolevantas por el mercado!¡Qué clavel enajenadoen los montones de trigo!¡Qué lejos estoy contigo,qué cerca cuando te vas!Por el arco de Elviravoy a verte pasar,para sentir tus muslosy ponerme a llorar.
1- Casida del herido por el agua
Quiero bajar al pozo, quiero subir los muros de Granada, para mirar el corazón pasado por el punzón oscuro de las aguas. El niño herido gemía con una corona de escarcha. Estanques, aljibes y fuentes levantaban al aire sus espadas. ¡Ay, qué furia de amor, qué hiriente filo, qué nocturno rumor, qué muerte blanca! ¡Qué desiertos de luz iban hundiendo los arenales de la madrugada! El niño estaba solo con la ciudad dormida en la garganta. Un surtidor que viene de los sueños lo defiende del hambre de las algas. El niño y su agonía, frente a frente, eran dos verdes lluvias enlazadas. El niño se tendía por la tierra y su agonía se curvaba. Quiero bajar al pozo, quiero morir mi muerte a bocanadas, quiero llenar mi corazón de musgo, para ver al herido por el agua.
2- Casida del llanto
He cerrado mi balcón por que no quiero oír el llanto pero por detrás de los grises muros no se oye otra cosa que el llanto.
Hay muy pocos ángeles que canten, hay muy pocos perros que ladren, mil violines caben en la palma de mi mano.
Pero el llanto es un perro inmenso, el llanto es un ángel inmenso, el llanto es un violín inmenso, las lágrimas amordazan al viento, no se oye otra cosa que el llanto.
3- Casida de los ramos
Por las arboledas del Tamarit han venido los perros de plomo a esperar que se caigan los ramos, a esperar que se quiebren ellos solos. El Tamarit tiene un manzano con una manzana de sollozos. Un ruiseñor apaga los suspiros y un faisán los ahuyenta por el polvo. Pero los ramos son alegres, los ramos son como nosotros. No piensan en la lluvia y se han dormido, como si fueran árboles, de pronto. Sentados con el agua en las rodillas dos valles esperaban al otoño. La penumbra con paso de elefante empujaba las ramas y los troncos. Por las arboledas de Tamarit hay muchos niños de velado rostro a esperar que se caigan mis ramos, a esperar que se quiebren ellos solos.
4- Casida de la mujer tendida
Verte desnuda es recordar la tierra. La tierra lisa, limpia de caballos. La tierra sin un junco, forma pura cerrada al porvenir: confín de plata. Verte desnuda es comprender el ansia de la lluvia que busca débil talle, o la fiebre del mar de inmenso rostro sin encontrar la luz de su mejilla. La sangre sonará por las alcobas y vendrá con espada fulgurante, pero tú no sabrás dónde se ocultan el corazón de sapo o la violeta. Tu vientre es una lucha de raíces, tus labios son un alba sin contorno, bajo las rosas tibias de la cama los muertos gimen esperando turno.
5- Casida del sueño al aire libre
Flor de jazmín y toro degollado. Pavimento infinito. Mapa. Sala. Arpa. Alba. La niña finge un toro de jazmines y el toro es un sangriento crepúsculo que brama.
Si el cielo fuera un niño pequeñito, los jazmines tendrían mitad de noche oscura, y el toro circo azul sin lidiadores y un corazón al pie de una columna.
Pero el cielo es un elefante y el jazmín es un agua sin sangre y la niña es un ramo nocturno por el inmenso pavimento oscuro.
Entre el jazmín y el toro o garfios de marfil o gente dormida. En el jazmín un elefante y nubes y en el toro el esqueleto de la niña.
6- Casida de la mano imposible
Yo no quiero más que una mano, una mano herida, si es posible. Yo no quiero más que una mano, aunque pase mil noches sin lecho.
Sería un pálido lirio de cal, sería una paloma amarrada a mi corazón, sería el guardían que en la noche de mi tránsito prohibiera en absoluto la entrada a la luna.
Yo no quiero más que esa mano para los diarios aceites y la sábana blanca de mi agonía Yo no quiero más que esa mano para tener un ala de mi muerte.
Lo demás todo pasa. Rubor sin nombre ya, astro perpetuo. Lo demás es lo otro; viento triste, mientras las hojas huyen en bandadas.
7- Casida de la rosa
La rosa no buscaba la aurora: casi eterna en su ramo, buscaba otra cosa. La rosa, no buscaba ni ciencia ni sombra: confín de carne y sueño, buscaba otra cosa. La rosa, no buscaba la rosa. Inmóvil por el cielo buscaba otra cosa.
8- Casida de la muchacha dorada
La muchacha dorada se bañaba en el agua y el agua se doraba. Las algas y las ramas en sombra la asombraban y el ruiseñor cantaba por la muchacha blanca. Vino la noche clara, turbia de plata mala, con peladas montañas, bajo la brisa parda. La muchacha mojada era blanca en el agua y el agua, llamarada. Vino el alba sin mancha con mil caras de vaca, yerta y amortajada con heladas guirnaldas. La muchacha de lágrimas se bañaba entre llamas, y el ruiseñor lloraba con las alas quemadas. La muchacha dorada era una blanca garza y el agua la doraba.
9- Casida de las palomas oscuras
Por las ramas del laurel van dos palomas oscuras. La una era el sol, la otra la luna. "Vecinitas", les dije, "¿dónde está mi sepultura?" "En mi cola", dijo el sol. "En mi garganta", dijo la luna. Y yo que estaba caminando con la tierra por la cintura vi dos águilas de nieve y una muchacha desnuda. La una era la otra y la muchacha era ninguna. "Aguilitas", les dije, "¿dónde está mi sepultura?" "En mi cola", dijo el sol. "En mi garganta", dijo la luna. Por las ramas del laurel vi dos palomas desnudas. La una era la otra y las dos eran ninguna.
1-Gacela del amor imprevisto
Nadie comprendía el perfumede la oscura magnolia de tu vientre.Nadie sabía que martirizabasun colibrí de amor entre los dientes.Mil caballitos persas se dormíanen la plaza con luna de tu frente,mientras que yo enlazaba cuatro nochestu cintura, enemiga de la nieve.Entre yeso y jazmines, tu miradaera un pálido ramo de simientes.Yo busqué, para darte, por mi pecholas letras de marfil que dicen siempre,siempre, siempre: jardín de mi agonía,tu cuerpo fugitivo para siempre,la sangre de tus venas en mi boca,tu boca ya sin luz para mi muerte.
2-Gacela de la terrible presencia
Yo quiero que el agua se quede sin cauce,yo quiero que el viento se quede sin valles.Quiero que la noche se quede sin ojosy mi corazón sin flor del oro;que los bueyes hablen con las grandes hojasy que la lombriz se muera de sombra;que brillen los dientes de la calaveray los amarillos inunden la seda.Puedo ver el duelo de la noche heridaluchando enroscada con el mediodía.Resiste un ocaso de verde venenoy los arcos rotos donde sufre el tiempo.Pero no ilumines tu limpio desnudocomo un negro cactus abierto en los juncos.Déjame en un ansia de oscuros planetas,pero no me enseñes tu cintura fresca.
3-Gacela del amor desesperado
La noche no quiere venirpara que tú no vengas,ni yo pueda ir.Pero yo iré,aunque un sol de alacranes me coma la sien.Pero tú vendráscon la lengua quemada por la lluvia de sal.El día no quiere venirpara que tú no vengas,ni yo pueda ir.Pero yo iréentregando a los sapos mi mordido clavel.Pero tú vendráspor las turbias cloacas de la oscuridad.Ni la noche ni el día quieren venirpara que por ti mueray tú mueras por mí.
4- Gacela del amor que no se deja ver
Solamente por oírla campana de la Velate puse una corona de verbena.Granada era una lunaahogada entre las yedras.Solamente por oírla campana de la Veladesgarré mi jardín de Cartagena.Granada era una corzarosa por las veletas.Solamente por oírla campana de la Velame abrasaba en tu cuerposin saber de quién era.
5-Gacela del niño muerto
Todas las tardes en Granada,todas las tardes se muere un niño.Todas las tardes el agua se sientaa conversar con sus amigos.Los muertos llevan alas de musgo.El viento nublado y el viento limpioson dos faisanes que vuelan por las torresy el día es un muchacho herido.No quedaba en el aire ni una brizna de alondracuando yo te encontré por las grutas del vinoNo quedaba en la tierra ni una miga de nubecuando te ahogabas por el río.Un gigante de agua cayó sobre los montesy el valle fue rodando con perros y con lirios.Tu cuerpo, con la sombra violeta de mis manos,era, muerto en la orilla, un arcángel de frío.
6-Gacela de la raiz amarga
Hay una raíz amargay un mundo de mil terrazas.Ni la mano más pequeñaquiebra la puerta del agua.¿Dónde vas, adónde, dónde?Hay un cielo de mil ventanas-batalla de abejas lívidasy hay una raíz amarga.Amarga.Duele en la planta del pieel interior de la cara,y duele en el tronco frescode noche recién cortada.¡Amor, enemigo mío,muerde tu raíz amarga!
7-Gacela del recuerdo del amor
No te lleves tu recuerdo.Déjalo solo en mi pecho,temblor de blanco cerezoen el martirio de enero.Me separa de los muertosun muro de malos sueños.Doy pena de lirio frescopara un corazón de yeso.Toda la noche en el huertomis ojos, como dos perros.Toda la noche, comiendolos membrillos de veneno.Algunas veces el vientoes un tulipán de miedo,es un tulipán enfermo,la madrugada de invierno.Un muro de malos sueñosme separa de los muertos.La niebla cubre en silencioel valle gris de tu cuerpo.Por el arco del encuentrola cicuta está creciendo.Pero deja tu recuerdodéjalo sólo en mi pecho.
8-Gacela de la muerte oscura
Quiero dormir el sueño de las manzanasalejarme del tumulto de los cementerios.Quiero dormir el sueño de aquel niñoque quería cortarse el corazón en alta mar.No quiero que me repitan que los muertos no pierden la sangre;que la boca podrida sigue pidiendo agua.No quiero enterarme de los martirios que da la hierba,ni de la luna con boca de serpienteque trabaja antes del amanecer.Quiero dormir un rato,un rato, un minuto, un siglo;pero que todos sepan que no he muerto;que haya un establo de oro en mis labios;que soy un pequeño amigo del viento Oeste;que soy la sombra inmensa de mis lágrimas.Cúbreme por la aurora con un velo,porque me arrojará puñados de hormigas,y moja con agua dura mis zapatospara que resbale la pinza de su alacrán.Porque quiero dormir el sueño de las manzanaspara aprender un llanto que me limpie de tierra;porque quiero vivir con aquel niño oscuroque quería cortarse el corazón en alta mar.
9-Gacela del amor maravilloso
Con todo el yesode los malos campos,eras junco de amor, jazmín mojado.Con sur y llamasde los malos cielos,eres rumor de nieve por mi pecho.Cielos y camposanudaban cadenas en mis manos.Campos y cielosazotaban las llagas de mi cuerpo.
10-Gacela de la huida
A mi amigo Miguel Pérez Ferrero
Me he perdido muchas veces por el marcon el oído lleno de flores recién cortadas,con la lengua llena de amor y de agonía.Muchas veces me he perdido por el mar,como me pierdo en el corazón de algunos niños.No hay noche que, al dar un beso,no sienta la sonrisa de las gentes sin rostro,ni hay nadie que, al tocar un recién nacido,olvide las inmóviles calaveras de caballo.Porque las rosas buscan en la frenteun duro paisaje de huesoy las manos del hombre no tienen más sentidoque imitar a las raíces bajo tierra.Como me pierdo en el corazón de algunos niños,me he perdido muchas veces por el mar.Ignorante del agua voy buscandouna muerte de luz que me consuma.
11-Gacela del amor con cien años
Suben por la callelos cuatro galanes,ay, ay, ay, ay.Por la calle abajovan los tres galanes,ay, ay, ay.Se ciñen el talleesos dos galanes,ay, ay.¡Cómo vuelve el rostroun galán y el aire!Ay.Por los arrayanesse pasea nadie.
12-Gacela del mercado matutino
Por el arco de Elviraquiero verte pasar,para saber tu nombrey ponerme a llorar.¿Qué luna gris de las nuevete desangró la mejilla?¿Quién recoge tu semillade llamaradas en la nieve?¿Qué alfiler de cactus breveasesina tu cristal?Por el arco de Elviravoy a verte pasar,para beber tus ojosy ponerme a llorar.¡Qué voz para mi castigolevantas por el mercado!¡Qué clavel enajenadoen los montones de trigo!¡Qué lejos estoy contigo,qué cerca cuando te vas!Por el arco de Elviravoy a verte pasar,para sentir tus muslosy ponerme a llorar.
1- Casida del herido por el agua
Quiero bajar al pozo, quiero subir los muros de Granada, para mirar el corazón pasado por el punzón oscuro de las aguas. El niño herido gemía con una corona de escarcha. Estanques, aljibes y fuentes levantaban al aire sus espadas. ¡Ay, qué furia de amor, qué hiriente filo, qué nocturno rumor, qué muerte blanca! ¡Qué desiertos de luz iban hundiendo los arenales de la madrugada! El niño estaba solo con la ciudad dormida en la garganta. Un surtidor que viene de los sueños lo defiende del hambre de las algas. El niño y su agonía, frente a frente, eran dos verdes lluvias enlazadas. El niño se tendía por la tierra y su agonía se curvaba. Quiero bajar al pozo, quiero morir mi muerte a bocanadas, quiero llenar mi corazón de musgo, para ver al herido por el agua.
2- Casida del llanto
He cerrado mi balcón por que no quiero oír el llanto pero por detrás de los grises muros no se oye otra cosa que el llanto.
Hay muy pocos ángeles que canten, hay muy pocos perros que ladren, mil violines caben en la palma de mi mano.
Pero el llanto es un perro inmenso, el llanto es un ángel inmenso, el llanto es un violín inmenso, las lágrimas amordazan al viento, no se oye otra cosa que el llanto.
3- Casida de los ramos
Por las arboledas del Tamarit han venido los perros de plomo a esperar que se caigan los ramos, a esperar que se quiebren ellos solos. El Tamarit tiene un manzano con una manzana de sollozos. Un ruiseñor apaga los suspiros y un faisán los ahuyenta por el polvo. Pero los ramos son alegres, los ramos son como nosotros. No piensan en la lluvia y se han dormido, como si fueran árboles, de pronto. Sentados con el agua en las rodillas dos valles esperaban al otoño. La penumbra con paso de elefante empujaba las ramas y los troncos. Por las arboledas de Tamarit hay muchos niños de velado rostro a esperar que se caigan mis ramos, a esperar que se quiebren ellos solos.
4- Casida de la mujer tendida
Verte desnuda es recordar la tierra. La tierra lisa, limpia de caballos. La tierra sin un junco, forma pura cerrada al porvenir: confín de plata. Verte desnuda es comprender el ansia de la lluvia que busca débil talle, o la fiebre del mar de inmenso rostro sin encontrar la luz de su mejilla. La sangre sonará por las alcobas y vendrá con espada fulgurante, pero tú no sabrás dónde se ocultan el corazón de sapo o la violeta. Tu vientre es una lucha de raíces, tus labios son un alba sin contorno, bajo las rosas tibias de la cama los muertos gimen esperando turno.
5- Casida del sueño al aire libre
Flor de jazmín y toro degollado. Pavimento infinito. Mapa. Sala. Arpa. Alba. La niña finge un toro de jazmines y el toro es un sangriento crepúsculo que brama.
Si el cielo fuera un niño pequeñito, los jazmines tendrían mitad de noche oscura, y el toro circo azul sin lidiadores y un corazón al pie de una columna.
Pero el cielo es un elefante y el jazmín es un agua sin sangre y la niña es un ramo nocturno por el inmenso pavimento oscuro.
Entre el jazmín y el toro o garfios de marfil o gente dormida. En el jazmín un elefante y nubes y en el toro el esqueleto de la niña.
6- Casida de la mano imposible
Yo no quiero más que una mano, una mano herida, si es posible. Yo no quiero más que una mano, aunque pase mil noches sin lecho.
Sería un pálido lirio de cal, sería una paloma amarrada a mi corazón, sería el guardían que en la noche de mi tránsito prohibiera en absoluto la entrada a la luna.
Yo no quiero más que esa mano para los diarios aceites y la sábana blanca de mi agonía Yo no quiero más que esa mano para tener un ala de mi muerte.
Lo demás todo pasa. Rubor sin nombre ya, astro perpetuo. Lo demás es lo otro; viento triste, mientras las hojas huyen en bandadas.
7- Casida de la rosa
La rosa no buscaba la aurora: casi eterna en su ramo, buscaba otra cosa. La rosa, no buscaba ni ciencia ni sombra: confín de carne y sueño, buscaba otra cosa. La rosa, no buscaba la rosa. Inmóvil por el cielo buscaba otra cosa.
8- Casida de la muchacha dorada
La muchacha dorada se bañaba en el agua y el agua se doraba. Las algas y las ramas en sombra la asombraban y el ruiseñor cantaba por la muchacha blanca. Vino la noche clara, turbia de plata mala, con peladas montañas, bajo la brisa parda. La muchacha mojada era blanca en el agua y el agua, llamarada. Vino el alba sin mancha con mil caras de vaca, yerta y amortajada con heladas guirnaldas. La muchacha de lágrimas se bañaba entre llamas, y el ruiseñor lloraba con las alas quemadas. La muchacha dorada era una blanca garza y el agua la doraba.
9- Casida de las palomas oscuras
Por las ramas del laurel van dos palomas oscuras. La una era el sol, la otra la luna. "Vecinitas", les dije, "¿dónde está mi sepultura?" "En mi cola", dijo el sol. "En mi garganta", dijo la luna. Y yo que estaba caminando con la tierra por la cintura vi dos águilas de nieve y una muchacha desnuda. La una era la otra y la muchacha era ninguna. "Aguilitas", les dije, "¿dónde está mi sepultura?" "En mi cola", dijo el sol. "En mi garganta", dijo la luna. Por las ramas del laurel vi dos palomas desnudas. La una era la otra y las dos eran ninguna.
POEMS
1-Gacela: Unforeseen Love
No-one perceived the perfumefrom your belly's hidden magnolia.No-one knew the way you tortureda hummingbird of love between your teeth.A thousand Persian ponies fell asleepin the moonlit plaza of your brow,while for four nights I huggedyour waist, the enemy of snow.Between gypsum and jasmine, your glancewas a pale branch of seeds.I searched in my heart to give youletters in ivory that say 'always','Always', 'always': garden of my agony,your body forever fleeing from me,blood from your veins in my mouth,your mouth already dark for my death.
2-Gacela: The Terrible Presence
I want water to be free of channels, I want the wind to be free of valleys.I want the night to be without eyesand my heart without a golden flower;for the oxen to talk to the giant leavesand the earthworm to die of darkness;for the skull's teeth to gleam and yellows flood through silk.I can see the duel of wounded nightwrestling embroiled with mid-day.I can endure the sunset's green poisonand the broken arches where time suffers.But don’t reveal your clean nakednesslike a black cactus out in the rushes.Leave me longing for the dark planets,but don’t show me your cool waist.
3-Gacela: Desperate Love
Night doesn’t want to fall so you don’t come,and I cannot go.But I will goeven if the sun's scorpions feast on my forehead.But you will comewith a tongue burnt by the rain of salt.Day doesn’t want to break so you don’t comeand I cannot go.But I will gooffering to toads my bitten carnation.But you will comethrough the murky sewers of darkness.Neither night nor day want to comeso I die for youand you die for me.
4-Gacela: The Love that Hides from View
Just so as to hear the bell of the VelaI crowned you with verbena.Granada was a moondrowned in the ivy.Just so as to hear the bell of the VelaI ripped up my garden in Cartagena.Granada was a doe pink among the weather vanes.Just so as to hear the bell of the Vela I burned in your bodywithout knowing whose it was.
5-Gacela: The Dead Child
Every evening in Granada,every evening a child dies.Every evening the water sits down and converses with friends.The dead wear wings of moss.The cloudy wind and the clear windare two pheasants flying over the towersand the day is a wounded boy.You didn’t leave a lark’s speck in the airwhen I found you by the wine grottos.You didn’t leave a cloud’s crumb on the groundwhen you were drowning in the river.A giant of water fell onto the mountainsand the valley rolled by with lilies and dogs.Your body, in the violet shade of my hands,lay dead on the bank like an archangel of cold.
6-Gacela: The Bitter Root
There’s a bitter root and a vast world of terraces.Not even the tiniest of handsbreaks open the water's gate.Where are you going, where, where?The sky has a thousand windows- a battle of furious bees -and there’s a bitter-tasting root.Bitter.It stings under the footand inside the face,and chafes the cool trunkof freshly cut night.Love, my enemy,bite your bitter-tasting root!
7-Gacela: The Memory of Love
Don't take your memory with you. Let it stay here in my heart,a shivering white cherry tree in the torment of January.I'm divided from the dead by a wall of bad dreams.I give the pain of fresh lillies to a heart made of plaster.All night in the orchard my eyes are like two dogs.All night I am eating poisonous quinces.Sometimes the wind is a tulip of fear;a sickly tulipon a winter morning.A wall of bad dreams divides me from the dead.The grass quietly covers your body's grey valley.Round the arch where we met hemlock grows.But don't take your memory with you,let it stay here in my heart.
8-Gacela: Dark Death
I long to sleep the sleep of applesfar from the commotion of cemeteries. I long to sleep the sleep of the childwho wanted to cut out his heart on the high seas.I don’t want to hear that the dead have no blood to shed,and the rotten mouth goes on crying out for water.I don’t want to know about the sacrifices that make the grass grow,or about the moon, its snake-like mouthbusily at work before dawn.I’d like to sleep for a while,a while, a minute, a century,but in such a way that everyone knows I’m not dead,that there's a stable of gold inside my lips,that I’m the playmate of the West Windand the enormous shadow of my tears.Cover me with a veil against the dawnthat flings at me fistfuls of ants,and moisten with hard water my shoesso its scorpion’s claws slide off.Because I long to sleep the sleep of applesto learn a lament that cleanses me of the earth;because I long to live with that dark childwho wanted to cut out his heart on the high seas.
9-Gacela: Marvellous Love
Among all the gypsumin the bad lands,you were a reed of love, wet jasmine.In the south, in the blaze of the bad skies,you were the rumour of snow in my breast.Skies and fieldslinked chains in my hands,Fields and skieslashed the wounds of my flesh.
10-Gacela: The Escape
to my friend Miguel Pérez Ferrero
I've been lost many times at seawith an ear full of freshly cut flowers,with a tongue full of love and agony.Many times I've been lost at sea,just as I get lost in the hearts of children.There is no-one who can give a kiss without feeling the smile of those without faces, there is no-one who can touch a newbornwithout forgetting the motionless skulls of horses.Because roses search the forehead for the harsh landscape of bone,and human hands have no more sense than to be like roots under the ground.Just as I get lost in the hearts of children,I’ve been lost many times at sea.Not knowing the water, I go on seekinga shining death to devour me.
11-Gacela: Hundred Years of Love
Coming up the street are four beautiful men,hey, hey, hey, heyComing down the streetare three beautiful men,hey, hey, heyArms round their waists two young men,hey, heyHow he turns,one young man, and his look!HeyBeside the myrtlesnobody walks.
12-Gacela: The Morning Market
Under the Arch of ElviraI want to see you pass by,to know your nameand make myself cry.What grey nine o’clock moonbled your cheeks dry?Who picks up your spurtof hot seed in the snow?What short cactus thornkills your crystal glass?Under the Arch of ElviraI’m going to see you pass by,to drink in your eyesand make myself cry.Oh, what a raised voice castigatesme in the marketplace!Oh, how a carnation is tossed asideinto piles of wheat!Oh, how distant when I’m with you,how close when you go!Under the Arch of ElviraI’m going to see you pass by,to touch your thighsand make myself cry.
1- Casida: The Child Wounded by Water
I want to go down to the well,I want to climb onto Granada's wallsto gaze at the heart impaled on water's hidden spike.The wounded child was groaningunder a crown of frost.Pools, cisterns and fountainswere lifting swords into the air.Oh, what rage of love, what slashing blades,what dark murmuring, what white death!And the deserts of light, how they buried the sands of dawn!The child was alonewith the city asleep in his throat.Water spouting out of dreams saves him from the ravenous algae.The child and his agony, face to face,enlaced like two green rains.The child lay on the groundcurled up in his agony.I want to go down to the well, I want to die gulping down my death,I want to fill my heart with mossto see the child wounded by water.
2- Casida: The Weeping
I've closed off my balconyas I don't wish to hear the weeping,but out beyond these grey wallsall that can be heard is the weeping.
There are so few angels that sing,so few hounds that howl,so many violins can fit into the palm of my hand.
But the weeping is a huge hound,the weeping is a huge angel,the weeping is a huge violin,tears have muzzled the windand all that can be heard is the weeping.
3- Casida: The Branches
Into the orchards at Tamaritthe leaden dogs have comewaiting for the branches to fall,waiting for them to break off by themselves.At Tamarit there's an apple-treewith weeping apples.A nightingale rounds up the sighsand a pheasant sweeps them away through the dust.But the branches are cheerful,the branches are like us.Not thinking of the rain and going to sleepat once as if they were trees.Sitting with water up to their kneestwo valleys wait for autumn.Twilight with elephant stepstramples its way through branches and trunks.In the orchards at Tamaritthere are many children with veiled faces waiting for the branches to fall,waiting for them to break off by themselves.
4- Casida: The Reclining Woman
Viewing your nakedness is to remember the Earth,the smooth Earth, unmarked by horses.The Earth without a single reed, a pure formshut off from the future: a zone of silver. Viewing your nakedness is to understand the longing of the rain as it seeks out soft shapes,or the fever on the ocean's enormous brow and not the glow in its cheeks.Blood will resound through bedchambersand come with flashing swords,but where the toad's heart or the violet hide themselves will be unknown to you. Your womb is a struggle of roots,your lips a dawn without demarcation.Beneath the warm roses of the bed dead men groan as they await their turn.
5- Casida: The Open Air Dream
Flower of jasmine and a decapitated bull. Endless paving. A map. A room. A harp. Dawn.The girl dreams of a bull of jasmineand the bull is a bloody dusk that bellows.
If the sky were a little boy the jasmine would be the dark centre of night, and the bull a blue arena without matadors,and a heart at the foot of a column.
But the sky is an elephant,the jasmine is water without blood,and the girl is a branch at night across the endless dark paving.
The jasmine and the bullor hooks of ivory or people asleep.In the jasmine, an elephant and clouds,and in the bull, the skeleton of the girl.
6- Casida: The Impossible Hand
I want for nothing more than a hand,a wounded hand, if possible.I want for nothing more than a handeven if I spend many nights without a bed.
It would be a pale whitewashed lily,a dove tethered to my heart,a guard who, on the night I pass away,blocks the way to the moon.
I want for nothing more than that handfor daily unctions and the white sheet of my agony.I want for nothing more than that hand to carry a wing at my death.
Apart from that, all comes to an end.A nameless glow. An everlasting star.What remains is something else; a sad wind,with flocks of leaves flying away.
7- Casida: The Rose
The rosewas not intent on the dawn:almost eternal on its stem,it was intent on something else.The rosewas not after knowledge or shadows:the confines of flesh and dreams,it was after something else.The rosewas not intent on the rose.Unmoving, against the sky,it was intent on something else.
8- Casida: The Golden Girl
The golden girlbathed in the waterand the water was gilded.Waterweed and branchesin the shadows startled her,and the nightingale sangto the white girl.The clear night cameclouded with dirty silver,with bald-topped mountainsbeneath a dark grey breeze.The wet girlwas white in the waterand the water was a firey blaze.Pure white dawn camewith a hundred cow facesstiff and shroudedwith icy garlands.The girl of tearsbathed in the flamesand the nightingale weptwith burnt wings.The golden girlwas a white heronand the water gilded her.
9- Casida: The Dark Doves
Through the laurel branchesI saw two dark doves. One was the sun,the other the moon.Dear neighbours, I called, Where is my tomb?In my tail, said the sun.In my throat, said the moon.And I who was strolling with the land at my hips saw two snow eaglesand a naked girl.One was the otherand the girl was neither.Dear eagles, I called Where is my tomb?In my tail, said the sun.In my throat, said the moon. Through the laurel branchesI saw two naked doves.One was the otherand both were neither.
1-Gacela: Unforeseen Love
No-one perceived the perfumefrom your belly's hidden magnolia.No-one knew the way you tortureda hummingbird of love between your teeth.A thousand Persian ponies fell asleepin the moonlit plaza of your brow,while for four nights I huggedyour waist, the enemy of snow.Between gypsum and jasmine, your glancewas a pale branch of seeds.I searched in my heart to give youletters in ivory that say 'always','Always', 'always': garden of my agony,your body forever fleeing from me,blood from your veins in my mouth,your mouth already dark for my death.
2-Gacela: The Terrible Presence
I want water to be free of channels, I want the wind to be free of valleys.I want the night to be without eyesand my heart without a golden flower;for the oxen to talk to the giant leavesand the earthworm to die of darkness;for the skull's teeth to gleam and yellows flood through silk.I can see the duel of wounded nightwrestling embroiled with mid-day.I can endure the sunset's green poisonand the broken arches where time suffers.But don’t reveal your clean nakednesslike a black cactus out in the rushes.Leave me longing for the dark planets,but don’t show me your cool waist.
3-Gacela: Desperate Love
Night doesn’t want to fall so you don’t come,and I cannot go.But I will goeven if the sun's scorpions feast on my forehead.But you will comewith a tongue burnt by the rain of salt.Day doesn’t want to break so you don’t comeand I cannot go.But I will gooffering to toads my bitten carnation.But you will comethrough the murky sewers of darkness.Neither night nor day want to comeso I die for youand you die for me.
4-Gacela: The Love that Hides from View
Just so as to hear the bell of the VelaI crowned you with verbena.Granada was a moondrowned in the ivy.Just so as to hear the bell of the VelaI ripped up my garden in Cartagena.Granada was a doe pink among the weather vanes.Just so as to hear the bell of the Vela I burned in your bodywithout knowing whose it was.
5-Gacela: The Dead Child
Every evening in Granada,every evening a child dies.Every evening the water sits down and converses with friends.The dead wear wings of moss.The cloudy wind and the clear windare two pheasants flying over the towersand the day is a wounded boy.You didn’t leave a lark’s speck in the airwhen I found you by the wine grottos.You didn’t leave a cloud’s crumb on the groundwhen you were drowning in the river.A giant of water fell onto the mountainsand the valley rolled by with lilies and dogs.Your body, in the violet shade of my hands,lay dead on the bank like an archangel of cold.
6-Gacela: The Bitter Root
There’s a bitter root and a vast world of terraces.Not even the tiniest of handsbreaks open the water's gate.Where are you going, where, where?The sky has a thousand windows- a battle of furious bees -and there’s a bitter-tasting root.Bitter.It stings under the footand inside the face,and chafes the cool trunkof freshly cut night.Love, my enemy,bite your bitter-tasting root!
7-Gacela: The Memory of Love
Don't take your memory with you. Let it stay here in my heart,a shivering white cherry tree in the torment of January.I'm divided from the dead by a wall of bad dreams.I give the pain of fresh lillies to a heart made of plaster.All night in the orchard my eyes are like two dogs.All night I am eating poisonous quinces.Sometimes the wind is a tulip of fear;a sickly tulipon a winter morning.A wall of bad dreams divides me from the dead.The grass quietly covers your body's grey valley.Round the arch where we met hemlock grows.But don't take your memory with you,let it stay here in my heart.
8-Gacela: Dark Death
I long to sleep the sleep of applesfar from the commotion of cemeteries. I long to sleep the sleep of the childwho wanted to cut out his heart on the high seas.I don’t want to hear that the dead have no blood to shed,and the rotten mouth goes on crying out for water.I don’t want to know about the sacrifices that make the grass grow,or about the moon, its snake-like mouthbusily at work before dawn.I’d like to sleep for a while,a while, a minute, a century,but in such a way that everyone knows I’m not dead,that there's a stable of gold inside my lips,that I’m the playmate of the West Windand the enormous shadow of my tears.Cover me with a veil against the dawnthat flings at me fistfuls of ants,and moisten with hard water my shoesso its scorpion’s claws slide off.Because I long to sleep the sleep of applesto learn a lament that cleanses me of the earth;because I long to live with that dark childwho wanted to cut out his heart on the high seas.
9-Gacela: Marvellous Love
Among all the gypsumin the bad lands,you were a reed of love, wet jasmine.In the south, in the blaze of the bad skies,you were the rumour of snow in my breast.Skies and fieldslinked chains in my hands,Fields and skieslashed the wounds of my flesh.
10-Gacela: The Escape
to my friend Miguel Pérez Ferrero
I've been lost many times at seawith an ear full of freshly cut flowers,with a tongue full of love and agony.Many times I've been lost at sea,just as I get lost in the hearts of children.There is no-one who can give a kiss without feeling the smile of those without faces, there is no-one who can touch a newbornwithout forgetting the motionless skulls of horses.Because roses search the forehead for the harsh landscape of bone,and human hands have no more sense than to be like roots under the ground.Just as I get lost in the hearts of children,I’ve been lost many times at sea.Not knowing the water, I go on seekinga shining death to devour me.
11-Gacela: Hundred Years of Love
Coming up the street are four beautiful men,hey, hey, hey, heyComing down the streetare three beautiful men,hey, hey, heyArms round their waists two young men,hey, heyHow he turns,one young man, and his look!HeyBeside the myrtlesnobody walks.
12-Gacela: The Morning Market
Under the Arch of ElviraI want to see you pass by,to know your nameand make myself cry.What grey nine o’clock moonbled your cheeks dry?Who picks up your spurtof hot seed in the snow?What short cactus thornkills your crystal glass?Under the Arch of ElviraI’m going to see you pass by,to drink in your eyesand make myself cry.Oh, what a raised voice castigatesme in the marketplace!Oh, how a carnation is tossed asideinto piles of wheat!Oh, how distant when I’m with you,how close when you go!Under the Arch of ElviraI’m going to see you pass by,to touch your thighsand make myself cry.
1- Casida: The Child Wounded by Water
I want to go down to the well,I want to climb onto Granada's wallsto gaze at the heart impaled on water's hidden spike.The wounded child was groaningunder a crown of frost.Pools, cisterns and fountainswere lifting swords into the air.Oh, what rage of love, what slashing blades,what dark murmuring, what white death!And the deserts of light, how they buried the sands of dawn!The child was alonewith the city asleep in his throat.Water spouting out of dreams saves him from the ravenous algae.The child and his agony, face to face,enlaced like two green rains.The child lay on the groundcurled up in his agony.I want to go down to the well, I want to die gulping down my death,I want to fill my heart with mossto see the child wounded by water.
2- Casida: The Weeping
I've closed off my balconyas I don't wish to hear the weeping,but out beyond these grey wallsall that can be heard is the weeping.
There are so few angels that sing,so few hounds that howl,so many violins can fit into the palm of my hand.
But the weeping is a huge hound,the weeping is a huge angel,the weeping is a huge violin,tears have muzzled the windand all that can be heard is the weeping.
3- Casida: The Branches
Into the orchards at Tamaritthe leaden dogs have comewaiting for the branches to fall,waiting for them to break off by themselves.At Tamarit there's an apple-treewith weeping apples.A nightingale rounds up the sighsand a pheasant sweeps them away through the dust.But the branches are cheerful,the branches are like us.Not thinking of the rain and going to sleepat once as if they were trees.Sitting with water up to their kneestwo valleys wait for autumn.Twilight with elephant stepstramples its way through branches and trunks.In the orchards at Tamaritthere are many children with veiled faces waiting for the branches to fall,waiting for them to break off by themselves.
4- Casida: The Reclining Woman
Viewing your nakedness is to remember the Earth,the smooth Earth, unmarked by horses.The Earth without a single reed, a pure formshut off from the future: a zone of silver. Viewing your nakedness is to understand the longing of the rain as it seeks out soft shapes,or the fever on the ocean's enormous brow and not the glow in its cheeks.Blood will resound through bedchambersand come with flashing swords,but where the toad's heart or the violet hide themselves will be unknown to you. Your womb is a struggle of roots,your lips a dawn without demarcation.Beneath the warm roses of the bed dead men groan as they await their turn.
5- Casida: The Open Air Dream
Flower of jasmine and a decapitated bull. Endless paving. A map. A room. A harp. Dawn.The girl dreams of a bull of jasmineand the bull is a bloody dusk that bellows.
If the sky were a little boy the jasmine would be the dark centre of night, and the bull a blue arena without matadors,and a heart at the foot of a column.
But the sky is an elephant,the jasmine is water without blood,and the girl is a branch at night across the endless dark paving.
The jasmine and the bullor hooks of ivory or people asleep.In the jasmine, an elephant and clouds,and in the bull, the skeleton of the girl.
6- Casida: The Impossible Hand
I want for nothing more than a hand,a wounded hand, if possible.I want for nothing more than a handeven if I spend many nights without a bed.
It would be a pale whitewashed lily,a dove tethered to my heart,a guard who, on the night I pass away,blocks the way to the moon.
I want for nothing more than that handfor daily unctions and the white sheet of my agony.I want for nothing more than that hand to carry a wing at my death.
Apart from that, all comes to an end.A nameless glow. An everlasting star.What remains is something else; a sad wind,with flocks of leaves flying away.
7- Casida: The Rose
The rosewas not intent on the dawn:almost eternal on its stem,it was intent on something else.The rosewas not after knowledge or shadows:the confines of flesh and dreams,it was after something else.The rosewas not intent on the rose.Unmoving, against the sky,it was intent on something else.
8- Casida: The Golden Girl
The golden girlbathed in the waterand the water was gilded.Waterweed and branchesin the shadows startled her,and the nightingale sangto the white girl.The clear night cameclouded with dirty silver,with bald-topped mountainsbeneath a dark grey breeze.The wet girlwas white in the waterand the water was a firey blaze.Pure white dawn camewith a hundred cow facesstiff and shroudedwith icy garlands.The girl of tearsbathed in the flamesand the nightingale weptwith burnt wings.The golden girlwas a white heronand the water gilded her.
9- Casida: The Dark Doves
Through the laurel branchesI saw two dark doves. One was the sun,the other the moon.Dear neighbours, I called, Where is my tomb?In my tail, said the sun.In my throat, said the moon.And I who was strolling with the land at my hips saw two snow eaglesand a naked girl.One was the otherand the girl was neither.Dear eagles, I called Where is my tomb?In my tail, said the sun.In my throat, said the moon. Through the laurel branchesI saw two naked doves.One was the otherand both were neither.
PROGRAM NOTE
Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) is a new opera/zarzuela that weaves an intricate musical tapestry rooted in Andalusian and Arabic influences. This work draws inspiration from Lorca’s Gacelas and Casidas, with a libretto that echoes the poetic intensity of these forms. The score reflects the Arab world's rich modal inflections and the rhythmic complexity of flamenco, capturing the essence of southern Spain.
The music pays homage to Spanish masters like Granados, Albéniz, and Falla, whose compositions evoke the melancholic and vibrant spirit of Spain. It also draws upon the boundary-pushing work of Paco de Lucía and Camarón de la Isla, whose contributions to flamenco elevated its expressive power. Throughout, the score interlaces distinct palos (flamenco styles), bringing raw emotion and rhythmic depth to each scene.
Yet this opera does not simply revisit tradition; it expands it, merging these elements with contemporary techniques. Dissonance, experimental timbres, and unexpected textures blur the line between the familiar and the new, crafting a soundscape that reverberates with ancient echoes while embracing bold, modern twists. This fusion of heritage and innovation transforms the opera into a timeless dialogue where past and present meet.
Ultimately, Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) reimagines Spain’s cultural and musical legacy, offering a modern sonic vision of love, loss, and longing, set in the evocative, dreamlike world of Lorca’s poetic imagination.
* * *
The Plot: A Tale of Passion, Shadows, and Transformation
At its heart, Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) is an intense exploration of love, desire, and the shadowed spaces within the human soul. Set in a mystical Andalusian garden, the opera follows the fated journeys of four characters—Laila, Omar, Zara, and Hassan—whose intertwined lives reflect love’s beauty and suffering. Each confronts the paradoxes of love: passion and fear, connection and isolation, vulnerability and strength.
Act I: Love, Desire, and First Fractures
Scene 1: Unexpected Love and the Warning
Laila and Omar encounter each other for the first time in the garden. Their connection is instantaneous, almost mystical, yet tinged with a sense of destiny and foreboding. Laila sings the Gacela I: Del amor imprevisto, expressing the attraction and fear woven into their bond. Zara, watching from a distance with Hassan, issues a warning with the Gacela II: De la terrible presencia, sharing her own cynical perspective on love and her intuition of the tragedy ahead.
Scene 2: Passion and First Misunderstandings
Laila and Omar’s love deepens rapidly, but soon becomes marked by unfulfilled longing and pain. Omar, overwhelmed by his passion and fear of losing Laila, sings the Gacela III: Del amor desesperado, a raw expression of anxiety and suffering. While still in love, Laila begins to sense an unsettling intensity in their bond. Zara, despite her aloofness, becomes increasingly emotionally involved, her own past experiences with love making her vulnerable to the scene before her.
Scene 3: Inner Revelations and Conflicts
Hassan, who has thus far observed in silence, offers a reflection with the Gacela IV: Del amor que no se deja ver, a poem of hidden love and unspoken pain. Through their dialogue, Hassan and Zara reveal deeper layers of their pasts. Zara confesses that her bitterness stems from a heartbreak she has yet to overcome, while Hassan hints at having witnessed this betrayal. This exchange adds psychological complexity to their characters and unveils their internal scars.
Scene 4: Root of the Conflict
Zara, affected by Hassan's revelation, sings the Gacela VI: De la raíz amarga, expressing the deep pain that has taken root in her life. Meanwhile, Laila reflects on the fading intensity of her love for Omar with the Gacela VII: Del recuerdo de amor, suggesting that while she longs for their early days, she is beginning to recognize the potential fragility of their relationship.
Scene 5: Hassan’s Revelation
In a moment of honesty, Hassan sings the Gacela VIII: De la muerte oscura, meditating on the inevitable end of all loves and the emotional death he has experienced. He reveals his past love for Zara, a confession that shocks her, exposing the vulnerability beneath her hardened exterior. This revelation profoundly unsettles Omar, who is further destabilized by the emotional upheaval around him. He closes Act I with the Gacela IX: Del amor maravilloso, an idealized remembrance of love, but weighted with a sense of impending tragedy.
Act II: Crisis, Revelation, and Resolution
Scene 1: Despair and the Desire to Flee
The second act opens with heightened tension. Unable to bear his pain, Omar sings the Gacela X: De la huida, voicing his desire to escape the all-consuming love that overwhelms him. Hassan, assuming a more central role, reflects on the relentlessness of time with the Gacela XI: Del amor con cien años, expressing how love’s toll has left permanent scars on his heart.
Scene 2: The Fountain of Pain and Shattered Illusions
In another encounter, Omar and Laila confront each other’s emotional wounds. Laila, devastated by the relationship's intensity, sings the Casida I: Del herido por el agua, likening her suffering to an unceasing spring of sorrow. Observing from a distance, Zara sings the Gacela XII: Del mercado matutino, a reflection on the broken illusions that often accompany love.
Scene 3: Zara’s Resignation and Revelation
In a moment of introspection, Zara sings the Casida IV: De la mujer tendida, lamenting her passive stance in love and her failure to act when she once had the chance. She admits to having lain dormant in her pain, unable to move on. Laila then sings the Casida II: Del llanto, allowing herself a cathartic release of emotions she had long suppressed.
Scene 4: Final Confrontation
As the relationship between Omar and Laila reaches a breaking point, Omar sings the Casida IX: De las palomas oscuras, revealing his struggle to escape the shadows of his past. In this moment of realization, Laila sings the Casida VIII: De la muchacha dorada, symbolizing her transformation. She has emerged from her innocence, now ready to embrace her own light, even if it means moving forward alone.
Scene 5: Resolution and Acceptance
In a reflective closing, Hassan sings the Casida V: Del sueño al aire libre, finding a sense of peace and reconciliation with his past, accepting solitude and silence with a newfound calm. Zara, having lived in the pain of unrequited love, sings the Casida VII: De la rosa, accepting the beauty and pain intertwined in her life.
Finale:
In the opera’s final moment, Laila bids farewell to Omar, leaving him to face his ghosts alone. The garden, once a place of passion and dreams, now echoes with silence—a quiet acceptance of each character's fate.
With its dual-act structure, Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) explores love, pain, and resignation, carrying Lorca's spirit into a dramatically charged, introspective conclusion. Themes of love, suffering, and acceptance unfold across this modern operatic landscape, blending poetic reverence for tradition with an innovative musical language.
* * *
SUMMARY
Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) unfolds across two acts in a mystical, crumbling Andalusian garden where love, longing, and personal anguish intertwine. The first act begins at twilight, symbolizing the warmth of new connections, as Laila and Omar experience an overwhelming, fated connection in the garden’s dusky light. Their love, both thrilling and foreboding, rapidly deepens, but underlying tensions emerge, revealing darker layers. Omar’s passion ignites possessiveness, while Laila begins to feel trapped. Observing from the shadows, Zara—cynical and hardened by past betrayals—warns that such intensity will lead to despair. Hassan, more introspective, offers a gentler perspective on love’s fleeting beauty, contrasting Zara’s hardened view and adding a reflective depth to the unfolding drama.
In the first act’s climax, tensions reach a breaking point as each character faces unresolved emotions. Omar’s love becomes a destructive obsession, and in the Gacela del amor desesperado, he channels his inner torment, reflecting his inability to control his desires. Laila, though drawn to him, senses the toxic nature of their relationship, while Zara and Hassan confront painful truths about their own pasts. In an emotionally charged exchange, Zara reveals the scars of betrayal that have shaped her, while Hassan admits to witnessing her suffering. This moment lays bare the complexity of their bond, exposing both resentment and lingering vulnerability.
The second act shifts the tone entirely as shadows deepen in the garden, mirroring the characters’ descent into despair and self-reckoning. Omar, now realizing the love he idealized is crumbling, confronts his unhealed wounds at the fountain, singing the Casida del herido por el agua. The fountain’s water symbolizes his unending sorrow, and he struggles to let go of an all-consuming love. Laila, reaching her breaking point, embraces a painful but necessary self-discovery and the realization that she must leave Omar behind. Zara reflects on the bitterness that has taken root within her, while Hassan, resigned to solitude, accepts his fate with a kind of quiet peace.
In the opera’s haunting conclusion, each character confronts the collapse of their illusions. Laila, singing the Casida de la muchacha dorada, embraces her newfound independence, signifying a rebirth as she steps away from Omar’s grasp. Omar remains haunted, unable to escape his past regrets, while the once-beautiful garden has transformed into a landscape of lost dreams. With a final silence that underscores their journey through love and sorrow, Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) reflects the power of love to both elevate and destroy, capturing the essence of Lorca’s poetic world within a rich and intricate dramatic structure.
Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) is a new opera/zarzuela that weaves an intricate musical tapestry rooted in Andalusian and Arabic influences. This work draws inspiration from Lorca’s Gacelas and Casidas, with a libretto that echoes the poetic intensity of these forms. The score reflects the Arab world's rich modal inflections and the rhythmic complexity of flamenco, capturing the essence of southern Spain.
The music pays homage to Spanish masters like Granados, Albéniz, and Falla, whose compositions evoke the melancholic and vibrant spirit of Spain. It also draws upon the boundary-pushing work of Paco de Lucía and Camarón de la Isla, whose contributions to flamenco elevated its expressive power. Throughout, the score interlaces distinct palos (flamenco styles), bringing raw emotion and rhythmic depth to each scene.
Yet this opera does not simply revisit tradition; it expands it, merging these elements with contemporary techniques. Dissonance, experimental timbres, and unexpected textures blur the line between the familiar and the new, crafting a soundscape that reverberates with ancient echoes while embracing bold, modern twists. This fusion of heritage and innovation transforms the opera into a timeless dialogue where past and present meet.
Ultimately, Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) reimagines Spain’s cultural and musical legacy, offering a modern sonic vision of love, loss, and longing, set in the evocative, dreamlike world of Lorca’s poetic imagination.
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The Plot: A Tale of Passion, Shadows, and Transformation
At its heart, Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) is an intense exploration of love, desire, and the shadowed spaces within the human soul. Set in a mystical Andalusian garden, the opera follows the fated journeys of four characters—Laila, Omar, Zara, and Hassan—whose intertwined lives reflect love’s beauty and suffering. Each confronts the paradoxes of love: passion and fear, connection and isolation, vulnerability and strength.
Act I: Love, Desire, and First Fractures
Scene 1: Unexpected Love and the Warning
Laila and Omar encounter each other for the first time in the garden. Their connection is instantaneous, almost mystical, yet tinged with a sense of destiny and foreboding. Laila sings the Gacela I: Del amor imprevisto, expressing the attraction and fear woven into their bond. Zara, watching from a distance with Hassan, issues a warning with the Gacela II: De la terrible presencia, sharing her own cynical perspective on love and her intuition of the tragedy ahead.
Scene 2: Passion and First Misunderstandings
Laila and Omar’s love deepens rapidly, but soon becomes marked by unfulfilled longing and pain. Omar, overwhelmed by his passion and fear of losing Laila, sings the Gacela III: Del amor desesperado, a raw expression of anxiety and suffering. While still in love, Laila begins to sense an unsettling intensity in their bond. Zara, despite her aloofness, becomes increasingly emotionally involved, her own past experiences with love making her vulnerable to the scene before her.
Scene 3: Inner Revelations and Conflicts
Hassan, who has thus far observed in silence, offers a reflection with the Gacela IV: Del amor que no se deja ver, a poem of hidden love and unspoken pain. Through their dialogue, Hassan and Zara reveal deeper layers of their pasts. Zara confesses that her bitterness stems from a heartbreak she has yet to overcome, while Hassan hints at having witnessed this betrayal. This exchange adds psychological complexity to their characters and unveils their internal scars.
Scene 4: Root of the Conflict
Zara, affected by Hassan's revelation, sings the Gacela VI: De la raíz amarga, expressing the deep pain that has taken root in her life. Meanwhile, Laila reflects on the fading intensity of her love for Omar with the Gacela VII: Del recuerdo de amor, suggesting that while she longs for their early days, she is beginning to recognize the potential fragility of their relationship.
Scene 5: Hassan’s Revelation
In a moment of honesty, Hassan sings the Gacela VIII: De la muerte oscura, meditating on the inevitable end of all loves and the emotional death he has experienced. He reveals his past love for Zara, a confession that shocks her, exposing the vulnerability beneath her hardened exterior. This revelation profoundly unsettles Omar, who is further destabilized by the emotional upheaval around him. He closes Act I with the Gacela IX: Del amor maravilloso, an idealized remembrance of love, but weighted with a sense of impending tragedy.
Act II: Crisis, Revelation, and Resolution
Scene 1: Despair and the Desire to Flee
The second act opens with heightened tension. Unable to bear his pain, Omar sings the Gacela X: De la huida, voicing his desire to escape the all-consuming love that overwhelms him. Hassan, assuming a more central role, reflects on the relentlessness of time with the Gacela XI: Del amor con cien años, expressing how love’s toll has left permanent scars on his heart.
Scene 2: The Fountain of Pain and Shattered Illusions
In another encounter, Omar and Laila confront each other’s emotional wounds. Laila, devastated by the relationship's intensity, sings the Casida I: Del herido por el agua, likening her suffering to an unceasing spring of sorrow. Observing from a distance, Zara sings the Gacela XII: Del mercado matutino, a reflection on the broken illusions that often accompany love.
Scene 3: Zara’s Resignation and Revelation
In a moment of introspection, Zara sings the Casida IV: De la mujer tendida, lamenting her passive stance in love and her failure to act when she once had the chance. She admits to having lain dormant in her pain, unable to move on. Laila then sings the Casida II: Del llanto, allowing herself a cathartic release of emotions she had long suppressed.
Scene 4: Final Confrontation
As the relationship between Omar and Laila reaches a breaking point, Omar sings the Casida IX: De las palomas oscuras, revealing his struggle to escape the shadows of his past. In this moment of realization, Laila sings the Casida VIII: De la muchacha dorada, symbolizing her transformation. She has emerged from her innocence, now ready to embrace her own light, even if it means moving forward alone.
Scene 5: Resolution and Acceptance
In a reflective closing, Hassan sings the Casida V: Del sueño al aire libre, finding a sense of peace and reconciliation with his past, accepting solitude and silence with a newfound calm. Zara, having lived in the pain of unrequited love, sings the Casida VII: De la rosa, accepting the beauty and pain intertwined in her life.
Finale:
In the opera’s final moment, Laila bids farewell to Omar, leaving him to face his ghosts alone. The garden, once a place of passion and dreams, now echoes with silence—a quiet acceptance of each character's fate.
With its dual-act structure, Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) explores love, pain, and resignation, carrying Lorca's spirit into a dramatically charged, introspective conclusion. Themes of love, suffering, and acceptance unfold across this modern operatic landscape, blending poetic reverence for tradition with an innovative musical language.
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SUMMARY
Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) unfolds across two acts in a mystical, crumbling Andalusian garden where love, longing, and personal anguish intertwine. The first act begins at twilight, symbolizing the warmth of new connections, as Laila and Omar experience an overwhelming, fated connection in the garden’s dusky light. Their love, both thrilling and foreboding, rapidly deepens, but underlying tensions emerge, revealing darker layers. Omar’s passion ignites possessiveness, while Laila begins to feel trapped. Observing from the shadows, Zara—cynical and hardened by past betrayals—warns that such intensity will lead to despair. Hassan, more introspective, offers a gentler perspective on love’s fleeting beauty, contrasting Zara’s hardened view and adding a reflective depth to the unfolding drama.
In the first act’s climax, tensions reach a breaking point as each character faces unresolved emotions. Omar’s love becomes a destructive obsession, and in the Gacela del amor desesperado, he channels his inner torment, reflecting his inability to control his desires. Laila, though drawn to him, senses the toxic nature of their relationship, while Zara and Hassan confront painful truths about their own pasts. In an emotionally charged exchange, Zara reveals the scars of betrayal that have shaped her, while Hassan admits to witnessing her suffering. This moment lays bare the complexity of their bond, exposing both resentment and lingering vulnerability.
The second act shifts the tone entirely as shadows deepen in the garden, mirroring the characters’ descent into despair and self-reckoning. Omar, now realizing the love he idealized is crumbling, confronts his unhealed wounds at the fountain, singing the Casida del herido por el agua. The fountain’s water symbolizes his unending sorrow, and he struggles to let go of an all-consuming love. Laila, reaching her breaking point, embraces a painful but necessary self-discovery and the realization that she must leave Omar behind. Zara reflects on the bitterness that has taken root within her, while Hassan, resigned to solitude, accepts his fate with a kind of quiet peace.
In the opera’s haunting conclusion, each character confronts the collapse of their illusions. Laila, singing the Casida de la muchacha dorada, embraces her newfound independence, signifying a rebirth as she steps away from Omar’s grasp. Omar remains haunted, unable to escape his past regrets, while the once-beautiful garden has transformed into a landscape of lost dreams. With a final silence that underscores their journey through love and sorrow, Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) reflects the power of love to both elevate and destroy, capturing the essence of Lorca’s poetic world within a rich and intricate dramatic structure.
NOTA DEL PROGRAMA
Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) es una nueva ópera/zarzuela que teje un intrincado tapiz musical con raíces en influencias andaluzas y árabes. Esta obra se inspira en las Gacelas y Casidas de Lorca, con un libreto que refleja la intensidad poética de estas formas. La partitura refleja las ricas inflexiones modales del mundo árabe y la complejidad rítmica del flamenco, capturando la esencia del sur de España.
La música rinde homenaje a maestros españoles como Granados, Albéniz y Falla, cuyas composiciones evocan el espíritu melancólico y vibrante de España. También se basa en el trabajo innovador de Paco de Lucía y Camarón de la Isla, cuyas contribuciones al flamenco elevaron su poder expresivo. A lo largo de la partitura, se entrelazan distintos palos (estilos flamencos), aportando emoción cruda y profundidad rítmica a cada escena.
Sin embargo, esta ópera no se limita a revisitar la tradición, sino que la amplía, fusionando estos elementos con técnicas contemporáneas. La disonancia, los timbres experimentales y las texturas inesperadas difuminan la línea entre lo familiar y lo nuevo, creando un paisaje sonoro que resuena con ecos antiguos a la vez que adopta giros audaces y modernos. Esta fusión de herencia e innovación transforma la ópera en un diálogo atemporal donde el pasado y el presente se encuentran.
En última instancia, Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) reinventa el legado cultural y musical de España, ofreciendo una visión sonora moderna del amor, la pérdida y el anhelo, ambientada en el mundo evocador y onírico de la imaginación poética de Lorca.
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La trama: Una historia de pasión, sombras y transformación
En esencia, Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) es una intensa exploración del amor, el deseo y los espacios sombríos dentro del alma humana. Ambientada en un místico jardín andaluz, la ópera sigue los viajes predestinados de cuatro personajes: Laila, Omar, Zara y Hassan, cuyas vidas entrelazadas reflejan la belleza y el sufrimiento del amor. Cada uno enfrenta las paradojas del amor: pasión y miedo, conexión y aislamiento, vulnerabilidad y fuerza.
Acto I: Amor, deseo y primeras fracturas
Escena 1: Amor inesperado y la advertencia
Laila y Omar se encuentran por primera vez en el jardín. Su conexión es instantánea, casi mística, pero teñida de una sensación de destino y aprensión. Laila canta la Gacela I: Del amor imprevisto, expresando la atracción y el miedo entretejidos en su vínculo. Zara, que observa desde la distancia con Hassan, lanza una advertencia con la Gacela II: De la terrible presencia, compartiendo su propia perspectiva cínica sobre el amor y su intuición de la tragedia que se avecina.
Escena 2: Pasión y primeros malentendidos
El amor de Laila y Omar se profundiza rápidamente, pero pronto se ve marcado por el anhelo insatisfecho y el dolor. Omar, abrumado por su pasión y el miedo de perder a Laila, canta la Gacela III: Del amor desesperado, una expresión cruda de ansiedad y sufrimiento. Mientras todavía está enamorada, Laila comienza a sentir una intensidad inquietante en su vínculo. Zara, a pesar de su distanciamiento, se involucra cada vez más emocionalmente; sus propias experiencias pasadas con el amor la hacen vulnerable a la escena que tiene ante sí.
Escena 3: Revelaciones internas y conflictos
Hassan, que hasta ahora ha observado en silencio, ofrece una reflexión con la Gacela IV: Del amor que no se deja ver, un poema de amor oculto y dolor no expresado. A través de su diálogo, Hassan y Zara revelan capas más profundas de su pasado. Zara confiesa que su amargura proviene de un desamor que aún no ha superado, mientras que Hassan insinúa haber presenciado esta traición. Este intercambio agrega complejidad psicológica a sus personajes y revela sus cicatrices internas.
Escena 4: La raíz del conflicto
Zara, afectada por la revelación de Hassan, canta la Gacela VI: De la raíz amarga, expresando el profundo dolor que se ha arraigado en su vida. Mientras tanto, Laila reflexiona sobre la intensidad menguante de su amor por Omar con la Gacela VII: Del recuerdo de amor, sugiriendo que, si bien añora sus primeros días, está comenzando a reconocer la potencial fragilidad de su relación.
Escena 5: La revelación de Hassan
En un momento de honestidad, Hassan canta la Gacela VIII: De la muerte oscura, meditando sobre el inevitable final de todos los amores y la muerte emocional que ha experimentado. Omar revela su amor pasado por Zara, una confesión que la conmociona y expone la vulnerabilidad que se esconde bajo su endurecido exterior. Esta revelación perturba profundamente a Omar, que se desestabiliza aún más por la agitación emocional que lo rodea. Omar cierra el Acto I con la Gacela IX: Del amor maravilloso, un recuerdo idealizado del amor, pero cargado de una sensación de tragedia inminente.
Acto II: Crisis, revelación y resolución
Escena 1: Desesperación y el deseo de huir
El segundo acto comienza con una tensión intensificada. Incapaz de soportar su dolor, Omar canta la Gacela X: De la huida, expresando su deseo de escapar del amor que lo consume y lo abruma. Hassan, asumiendo un papel más central, reflexiona sobre la implacabilidad del tiempo con la Gacela XI: Del amor con cien años, expresando cómo el costo del amor ha dejado cicatrices permanentes en su corazón.
Escena 2: La fuente del dolor y las ilusiones rotas
En otro encuentro, Omar y Laila se enfrentan a las heridas emocionales de cada uno. Laila, devastada por la intensidad de la relación, canta la Casida I: Del herido por el agua, comparando su sufrimiento con un manantial incesante de dolor. Observando desde la distancia, Zara canta la Gacela XII: Del mercado matutino, una reflexión sobre las ilusiones rotas que a menudo acompañan al amor.
Escena 3: La resignación y revelación de Zara
En un momento de introspección, Zara canta la Casida IV: De la mujer tendida, lamentando su postura pasiva en el amor y su incapacidad para actuar cuando una vez tuvo la oportunidad. Admite haber permanecido latente en su dolor, incapaz de seguir adelante. Luego, Laila canta la Casida II: Del llanto, permitiéndose una liberación catártica de emociones que había reprimido durante mucho tiempo.
Escena 4: Confrontación final
Cuando la relación entre Omar y Laila llega a un punto de quiebre, Omar canta la Casida IX: De las palomas oscuras, revelando su lucha por escapar de las sombras de su pasado. En este momento de realización, Laila canta la Casida VIII: De la muchacha dorada, simbolizando su transformación. Ha emergido de su inocencia, ahora lista para abrazar su propia luz, incluso si eso significa seguir adelante sola.
Escena 5: Resolución y aceptación
En un cierre reflexivo, Hassan canta la Casida V: Del sueño al aire libre, encontrando un sentido de paz y reconciliación con su pasado, aceptando la soledad y el silencio con una calma recién encontrada. Zara, que ha vivido el dolor de un amor no correspondido, canta la Casida VII: De la rosa, aceptando la belleza y el dolor entrelazados en su vida.
Final:
En el momento final de la ópera, Laila se despide de Omar, dejándolo solo para enfrentar sus fantasmas. El jardín, una vez un lugar de pasión y sueños, ahora resuena con silencio: una aceptación tranquila del destino de cada personaje.
Con su estructura de dos actos, Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) explora el amor, el dolor y la resignación, llevando el espíritu de Lorca a una conclusión introspectiva y cargada de dramatismo. Temas de amor, sufrimiento y aceptación se desarrollan a lo largo de este paisaje operístico moderno, combinando la reverencia poética por la tradición con un lenguaje musical innovador.
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RESUMEN
Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) se desarrolla en dos actos en un jardín andaluz místico y desmoronado donde se entrelazan el amor, el anhelo y la angustia personal. El primer acto comienza al anochecer, que simboliza la calidez de las nuevas conexiones, mientras Laila y Omar experimentan una conexión abrumadora y predestinada en la luz crepuscular del jardín. Su amor, emocionante y amenazador a la vez, se profundiza rápidamente, pero surgen tensiones subyacentes que revelan capas más oscuras. La pasión de Omar enciende la posesividad, mientras que Laila comienza a sentirse atrapada. Observando desde las sombras, Zara, cínica y endurecida por traiciones pasadas, advierte que tal intensidad conducirá a la desesperación. Hassan, más introspectivo, ofrece una perspectiva más suave sobre la belleza fugaz del amor, contrastando con la visión endurecida de Zara y agregando una profundidad reflexiva al drama que se desarrolla.
En el clímax del primer acto, las tensiones llegan a un punto de ruptura cuando cada personaje se enfrenta a emociones no resueltas. El amor de Omar se convierte en una obsesión destructiva y, en Gacela del amor desesperado, canaliza su tormento interior, reflejando su incapacidad para controlar sus deseos. Laila, aunque se siente atraída por él, percibe la naturaleza tóxica de su relación, mientras que Zara y Hassan enfrentan verdades dolorosas sobre sus propios pasados. En un intercambio cargado de emociones, Zara revela las cicatrices de la traición que la han moldeado, mientras que Hassan admite haber presenciado su sufrimiento. Este momento deja al descubierto la complejidad de su vínculo, exponiendo tanto el resentimiento como la vulnerabilidad persistente.
El segundo acto cambia el tono por completo a medida que las sombras se profundizan en el jardín, reflejando el descenso de los personajes a la desesperación y la autocrítica. Omar, ahora que se da cuenta de que el amor que idealizó se está desmoronando, enfrenta sus heridas sin sanar en la fuente, cantando la Casida del herido por el agua. El agua de la fuente simboliza su dolor sin fin y su lucha por dejar ir un amor que lo consume todo. Laila, al llegar a su punto de quiebre, acepta un doloroso pero necesario autodescubrimiento y la comprensión de que debe dejar atrás a Omar. Zara reflexiona sobre la amargura que se ha arraigado en su interior, mientras que Hassan, resignado a la soledad, acepta su destino con una especie de paz serena.
En la inquietante conclusión de la ópera, cada personaje se enfrenta al colapso de sus ilusiones. Laila, cantando la Casida de la muchacha dorada, abraza su nueva independencia, lo que significa un renacimiento mientras se aleja del control de Omar. Omar sigue atormentado, incapaz de escapar de sus remordimientos pasados, mientras que el jardín, una vez hermoso, se ha transformado en un paisaje de sueños perdidos. Con un silencio final que subraya su viaje a través del amor y el dolor, Diván del Tamarit (El jardín de las sombras) refleja el poder del amor para elevar y destruir, capturando la esencia del mundo poético de Lorca dentro de una rica y compleja estructura dramática.